El yoga nos ofrece un camino de salud y bienestar, pero como en toda actividad física, también existe el riesgo de lesiones. Yo por mi parte recién me estoy recuperando de una lumbalgia desde hace dos semanas, debido a una fuerza mal hecha en una combinación de yoga y Hit, por lo que hablaremos de las causas que pueden crear estás tan ¡benditas lesiones!.

Muchas veces me escriben alumnos preguntándome qué hacer con respecto a las lesiones. ¿Seguir practicando? ¿Qué ejercicios específicos pueden ayudar para determinadas lesiones?, ¿Cómo proceder? etc. Yo he pasado por varias lesiones a través de los años, las principales han sido: Desgarro de aductor (practicando yoga), desgarro de tendón en isquión (no estoy segura como apareció eso), esguince de rodilla (subiendo el cerro) y desgaste de labrum que me apareció después de haber practicado ashtanga por un año, que lamentablemente no se regenera.
Siempre que hay una lesión nos abrumamos y lo que es peor ¡nos desesperamos!, ya que no podemos seguir realizando nuestra práctica como de costumbre. Hace algunos años, dejaba reposar mi lesión unos días y luego retomaba la rutina y práctica como si nada hubiera pasado, por lo que a aparecía otra vez el dolor, incluso con más intensidad.
La experiencia me ha enseñado y puedo rescatar y transmitirles que cuando aparece una lesión debes escuchar a tu cuerpo, permitirle el descanso, actuar con paciencia y cuidado hasta que sane lo que tenga que sanar. Hacer esas pausas en tu práctica de yoga ¡está bien! Dale a tu cuerpo un descanso para poder recuperarse bien, es necesario, así como también lo es tratar la dolencia con un médico especialista, terapeuta, kine, etc. para lograr la recuperación que corresponde. Y luego, paulatinamente, comenzar a realizar tu práctica de yoga, poquito a poco, considerando que cada cuerpo es un mundo en determinar cuánto dure esa recuperación.
Siempre les aconsejo enfocarse en la práctica de pranayamas y meditación, ya que te ayudará a calmar los pensamientos y la ansiedad. Sé que se nos hace muy difícil, porque estamos acostumbrados al movimiento, pero créeme que sirve. Además ¿les cuento que me ayudó mucho esta vez?, la práctica suave de ¡Yin Yoga!, (digo “suave” porque también ésta puede ser intensa). Luego de una semana de descanso comencé a retomar lentamente esta práctica que me tiene enamorada, y en vez de sostener las posturas por largo tiempo, las mantuve a la mitad, y reduje una hora a 15-30 minutos. Así ha ido desapareciendo el dolor y he podido iniciar mi rutina diaria nuevamente.
Y tú, ¿Qué haces cuando te lesionas?
Te invito a mis clases de Yin Yoga todos los viernes a las 19:30 hrs. via Zoom, con inscripción previa.
Namasté